El amor por la docencia y el sueño de que todos los alumnos terminen el secundario
Por Pedro Domínguez, de la redacción de NOVA
Es difícil encontrar la carrera de tus sueños a lo largo de la vida, muchas veces, la gente elige un trabajo y se queda estable en ese lugar sin saber para donde girarán los destinos de su vida. Otros, en cambio, deciden apostar a sus sueños y buscan siempre aportar ese granito de arena para que otro pueda llegar a cumplir sus metas.
Desde niña, Ana María Stelman estaba decidida a ser maestra, a inculcar a los jóvenes con sabidurías que adquiere día tras día de sus profesoras en el jardín, primaria, secundario y posteriormente en la Universidad.
Con el correr de los días Stelman fue creciendo y comenzó a dar clases en la Escuela número 39 de Melchor Romero, de la ciudad de La Plata, habiendo estado en varias escuelas, decidió estar ahí, sentía que era su lugar y que podía hacer un aporte.
Sabiendo que era maestra suplente, esperaba todos los días que la titular pidiese licencia para poder volver a tomar el cargo y ver a aquellos alumnos que le daban esa sonrisa diaria, esperándola con ganas de aprender, divertirse y disfrutar de la escuela.
Esa elección que hizo, le fue cambiando la vida para bien de ella, creciendo en amor, en solidaridad y en el respeto que recibía de los mismos alumnos que cada que vez que pasaban de año, iban a contárselo a su maestra Stelman, quien los miraba con sonrisa y felicidad, para compartir juntos ese momento mágico.
Con el sentimiento latente de estar representando a sus maestras y profesores de cuando era chica, Stelman siguió creciendo en su carrera y con un listado de jóvenes que le agradecieron ese año de sabiduría, aprendizaje y risas que recibían de la maestra.
En ese punto, Stelman siempre al ingresar a la escuela trata de escuchar a los alumnos con empatía, a pesar de que la pandemia fue un desafío importante para cualquier sistema educativo, la maestra decidió arremangarse y ponerse a trabajar para tratar de, a pesar de que haya un virus presente, que sus alumnos reciban aquella educación que necesitan y que no se atrasen.
En un contexto desfavorable, siguió dándoles material educativo, para que sigan aprendiendo, estando todos los días al pie del cañón, para atender cualquier pedido de los jóvenes.
Esos meses de encierro, no parecieron notar para la maestra quien tenía de por sí una actitud muy fuerte, producto de sus lazos familiares, aprendiendo los valores del esfuerzo, la perseverancia y el trabajo. Por eso comparte con los alumnos anécdotas, historias e inquietudes para que encuentren diferentes caminos posibles, realizando paseos, promoviendo consultas, entrevistas, trabajo colaborativo con otras escuelas y de esta manera, abriendo una gran puerta al mundo.
Stelman cree que puede desencadenarse el aprendizaje desde la propia realidad de los estudiantes de manera integral. En cada uno de ellos, su estrategia es convocar a especialistas, estudiantes avanzados de diferentes carreras o quienes puedan aportar nuevas y mejores experiencias para generar nuevas preguntas, promoviendo el desarrollo de un pensamiento crítico capaz de cuestionar y buscar alternativas a sus necesidades e intereses.
Esas herramientas sirvieron para adaptar a los jóvenes y a los niños con discapacidad, dirigiéndose a talleres y diversos cursos sobre educación medioambiental y astronomía; ha llevado a sus alumnos a participar en ferias de geografía y ciencia, además de impartir talleres de formación para otros maestros, compartir sus experiencias en jornadas y congresos, y desarrollar programas educativos para la comunidad.
Por si fuera poco, Stelman siempre mantiene en su corazón aquel proyecto que realizó denominado “Los niños gobiernan la República” que consistió en realizar elecciones entre postulantes de todas las escuelas de la ciudad de La Plata para formar cuerpos legislativos que sesionarán durante un año.
Con el recuerdo de la Escuela número 39 de Melchor Romero, Stelman sigue dictando clases en la Primaria número 7 del barrio Hipódromo de La Plata, donde la comunidad está fuertemente vinculada a él.
Con la pandemia de por medio, la maestra trabajó con intervenciones asistidas por animales para lograr la revinculación de aquellos estudiantes que no tenían dispositivos para conectarse a las clases virtuales. Desde un espacio que era afín a las familias, evitó la deserción escolar.
Además de todo ello, Ana María Stelman, está nominada entre los diez finalistas del Global Teacher Prize 2021, siendo la maestra más referencial de toda Argentina y en la que todos los argentinos dan su voto de esperanza para que sea la ganadora.
Mientras tanto, esperaremos junto a Stelman, en su querida aula de la Escuela Primaria número 7 del barrio Hipódromo, para saber qué ocurrirá el 10 de noviembre en la ceremonia virtual que tendrá lugar en la sede de la UNESCO en París.