Julio Politano: La pasión por las carreras que desafió todas las adversidades





Por Alejandro Casalongue, de la redacción de NOVA
Como hemos venido comentando en capítulos anteriores, a Julio no le resultó nada fácil insertarse en el automovilismo. Esto se debió a un inconveniente legal que su padre, Francisco, tuvo con las autoridades de la ACTC (Asociación Corredores Turismo Carretera).
Hugo Mazzacane, integrante de la Comisión Directiva en ese entonces y hoy "llamativamente" presidente de la ACTC, declaró ante escribano público que Francisco había vertido palabras injuriosas contra otros directivos de la institución.
Como consecuencia, Francisco fue expulsado de la ACTC. Además, le prohibieron asistir a todas las competencias organizadas por la entidad y dieron de baja la habilitación del vehículo de Francisco. Esto afectó directamente a Julio, ya que no hicieron una distinción entre él y su padre.
El concurrente (responsable y propietario) del auto ya no era Francisco, sino Julio, como lo demostraban sus Licencias Habilitantes. Junto con las licencias de piloto y médica, éstas le habrían permitido ingresar al mundo del automovilismo, un mundo por el cual había esperado y practicado durante mucho tiempo, conduciendo el auto de su padre tanto en pistas como en ruta.
Su sueño era suceder a su padre en el Turismo Carretera y ser asistido por él, un excelente preparador de autos y motores, con la esperanza de cumplir el sueño de ganar en TC.
Sin embargo, debido a esta injusticia, Julio se encontró con las manos vacías. Vio cómo los amigos, ex compañeros y allegados de su padre, a quienes conocía desde su infancia, le daban la espalda.
No comprendían que para él no solo se trataba de un deporte, sino también de una salida laboral, ya que en el taller de su padre se preparaban varios autos y motores de carreras. Programas radiales y escritos como Carburando y Campeones, que se emitían en Radio Rivadavia y El Mundo, respectivamente, hablaban de su próximo debut, al igual que la histórica revista Corsa.
Tras esta gran desilusión, Julio decidió cambiar su enfoque de vida. Junto a algunos ex compañeros de fútbol, comenzó a prepararse físicamente como lo hacía en su época de actividad. Lo recuerda haciendo los entrenamientos en la zona de "La Gruta" del "Bosque" platense.
Con la ayuda de su tío Antonio Testa, quien oficiaba de traductor y poseía pasaporte italiano, Julio consiguió la oportunidad de jugar profesionalmente en Italia, en el equipo Cosenza Calcio, de la región de Calabria, de donde eran originarios su padre y abuelos. Sin embargo, un problema de salud le impidió cumplir ese objetivo.
A pesar de la frustración por no poder seguir ese camino, Julio finalmente se adentró nuevamente de lleno en el automovilismo, como hemos relatado en capítulos anteriores.
Dejó atrás la injusticia que vivió, que cambió su vida de raíz, y se dedicó a disfrutar de la actividad que tanto le apasionaba, acompañado de un grupo de amigos que siempre estuvo a su lado. Juntos alistaban el auto, carrera tras carrera, preparándolo en su totalidad en el taller de su padre en la calle 68 de la ciudad de La Plata.
Cumplir el rol de piloto-preparador en un ambiente tan competitivo y profesionalizado le valió el reconocimiento no solo de sus pares pilotos, sino también de preparadores, mecánicos y del propio periodismo.
Competencia tras competencia, Julio lograba clasificar en el top 10, no solo con un notable esfuerzo de él y su equipo, sino también con un medio mecánico inferior al del resto de la parrilla. Sus colegas lo catalogaban risueñamente como un "duro para adelantar", pero cuando subía al podio para recibir su premio entre los 10 primeros clasificados, era felicitado no solo por sus rivales, sino también por el público presente, que reconocía su esfuerzo.
Tras varios años de practicar el automovilismo, Julio asegura que se retiró con un balance netamente positivo, tanto en lo deportivo como en lo personal. Se llevó innumerables buenos momentos y anécdotas vividas con su familia, equipo, amigos, sponsors y compañeros.
Hoy en día, sigue manteniendo una relación de amistad con todos ellos. El periodismo lo recuerda y, de vez en cuando, es entrevistado por programas que cubren la actualidad del automovilismo. Esto habla no solo de un gran deportista, sino de una mejor persona.