“¿Sabes cuánto recibió Julián Álvarez de plata de la provincia en estos diez meses? Cero pesos”, reprochó uno de los dirigentes camporistas que criticaba el accionar el ministro estrella del Gobierno provincial, aunque los dardos apuntaban a Kicillof.

Según trascendió, el intendente de Lanús se endeudó en una licitación para obras en su distrito por poco más de mil millones de pesos por una promesa que realizó el ministro Katopodis y el dinero nunca llegó. El dirigente que se molestó con Katopodis no solo manifestó su enojo, sino que acusa a tener “muñeca política” para el destino de fondos, al momento que lo comparaba con Javier Milei en su accionar con los gobernadores y el recorte de la coparticipación.

Además, en las filas del cristinismo le reclaman a Katopodis que “llevó a los intendentes a anunciar obras por conferencia de prensa” y que serán obras que no se van a ejecutar. “Nos expone con la gente y le da de comer a la oposición”, reprochan.

En los alcaldes kicillofistas y radicales, la apreciación del ministro de Infraestructura es completamente diferente. “Es un ministro militante”, celebran en el peronismo no Cámpora y agregan: “Es un bicho de política y ojalá podamos llegar a trabajar para que sea candidato a gobernador”.

Es que el hombre fuerte de la cartera de infraestructura está caminando la provincia de manera incansable y no hay mitin que se pierda para poder conversar con la militancia. Además de verlo activo en sus redes sociales, se lo ve muy cerca de Kicillof, aunque manteniendo un perfil bajo.

“Veni Kato, que fuiste fundamental para que esta obra esté inaugurándose. Siempre tan humilde”, le dijo Kicillof semanas atrás en un acto en San Vicente cuando se llevaba adelante la inauguración de la sede de la Universidad, con un claro mensaje a la interna del peronismo. Es que el gobernador se apoya en Katopodis como uno de sus ministros para aglutinar el pan peronismo.

Del otro lado de la grieta interna del peronismo, dicen que el ministro “no puede ser candidato” porque “cualquiera que recorra San Martín se da cuenta que no puede mostrar una buena gestión”.