La CGT de Kicillof: los gestos hacia el movimiento obrero para ganar músculo
El gobernador bonaerense comenzó su segundo mandato con otro chip. La campaña electoral por la reelección lo encontró con un problema, la falta de una base social propia que respalde la línea que bajaban él y sus enviados.
Ahora, se recuesta sobre los gremios y modificó su tono. La llegada de Walter Correa al gabinete, un enviado de Máximo Kirchner que se transformó en kicillofista, funciona como articulador de algunos dirigentes de peso dentro del esquema sindical.
Con la ruptura del camionero, Pablo Moyano a la conducción de la CGT pone un punto de inflexión en la discusión sindical. Es que el hijo de Hugo es uno de los hombres con mayor peso dentro del esquema gremial y quien se opone a las políticas de Javier Milei con mayor énfasis.
Junto a Moyano, el Frente Sindical para el Modelo Nacional se comprometió a caminar con Axel Kicillof y funcionarán como la columna vertebral de lo que el gobernador quiere conformar de cara al 2027. Incluso, desde Gobernación aseguraron que abrirán los ministerios para engrosar la participación de representantes gremiales en el gabinete.
En las últimas horas, además, se especuló con la idea que el plan de completar la Corte bonaerense sea con consenso de los sindicatos. “Es la agenda que estamos pidiendo, aunque no es una idea novedosa. Ya se hizo eso, con Perón”, relata un sindicalista de experiencia que se encarga de las negociaciones dentro de la CGT. Por otro lado, Kicillof busca la épica con la unidad de las dos CTA. Junto a Correa, se encargan semana a semana de darle herramientas a los secretarios generales para buscar la unidad sindical de los gremios que están por fuera de la CGT junto a los movimientos sociales. El panorama es alentador, pues los sindicatos le destacan al gobernador “dar 10 aumentos salariales en los últimos diez meses. Decime qué gobierno hizo eso”, cuestiona un dirigente estatal.
En los últimos días, Kicillof se mostró con Andrés Rodríguez, uno de los popes de la CGT, caracterizado como dialoguista, aunque crítico del gobierno. “¿Qué tenemos que hacer con este Gobernador? Apoyarlo y respaldarlo políticamente, poner el hombro para que su gestión sea cada vez más exitosa. Eso es ser compañero”, dijo el líder de UPCN.
Sin embargo, desde UPCN avisaron que el 5 de diciembre, cuando los gremios vayan a Plaza de Mayo a mostrar su malestar con las políticas de Javier Milei, no participarán. Los que sí estarán serán los alcaldes y parte del gabinete que responde a Axel Kicillof, que tendrá un protagonismo en la movilización y pondrá la bandera de la Provincia de Buenos Aires, como en las últimas movilizaciones en las cuales participó el propio gobernador.
Kicillof no deja de mandar guiños a las diferentes líneas de los trabajadores organizados. La discusión por la Reforma Jubilatoria del BaPro, que había encontrado una línea judicial positiva para los trabajadores, volvió a la Legislatura y el gobernador dio la orden que la propuesta salga si o si. Pese a los costos, es un acuerdo con un hombre fuerte del sindicalismo, Sergio Palazzo.
Los gestos del gobernador se dan por dos motivos importantes. Por un lado, la recuperación del movimiento obrero como columna vertebral del movimiento nacional. Pero, además ser el espacio de demostración de fuerza en la calle y funcionar como núcleo de presión social, lejos de los piquetes con movimientos sociales como en el momento de Mauricio Macri en el Ejecutivo. Sin embargo, acá aparece otro nivel, los gremios presionan también a Kicillof para formar parte. “Los trabajadores son un sujeto político más, y creo que aquellos que tienen capacidad de influir políticamente tienen que estar en las mesas de decisión, y no ser solamente un elemento de reclamo”, sentencian los gremialistas.