Manes tiende puentes con los intendentes y el radicalismo quiere patear el tablero
Luego de un encuentro de alto vuelo político, el radicalismo bonaerense comenzó el proceso de transformación luego de poco más de ocho años de cola de león del Pro y se encamina hacia creerse como el real competidor del peronismo en la Provincia.
La cumbre de los intendentes correligionarios en Gonzales Chaves generó una reacción dentro de las distintas tribus y determinaron una semana que, en principio, comienza con breves cónclaves durante el fin de semana largo.
Más allá de los temas de agenda local, los jefes comunales se adentraron en el debate de la nueva configuración que el espacio tendrá dentro del panorama político que centralice el presidente Javier Milei.
Los alcaldes dejaron trascender que buscarán articular con los legisladores de los dos bloques legislativos institucionales que reportan a la conducción partidaria, sin embargo, entró el juego del neurocirujano Facundo Manes, que puso a jugar su poderío en la Provincia.
Los bloques institucionales que reportan el chacabuquense Agustín Máspoli, con Victor Aiola de jefe político en el Senado y el del abadista marplatense Diego Garciarena en la Cámara Baja, marcan el termómetro del vínculo con el peronismo no axelista. El abadismo tiene mejor sintonía con el Pro, aunque el sacudón que significó los recortes a las Universidades nacionales le generó al propio Maximiliano Abad una crisis interna.
Según pudo saber NOVA, desde la Franja Morada buscan de todas las maneras institucionales posibles saldar los conflictos, aunque la traba con “las medidas de acción” con el peronismo y sectores de izquierda ponen en riesgo la necesidad de despegarse de las alianzas La Libertad Avanza y el PRO+UCR.
Es en ese escenario que irrumpe Facundo Manes, que mantuvo un encuentro con su bloque legislativo y que le dio la instrucción de avanzar en puentes, poniendo el eje en mostrar su fuerte tendencia “a ser oposición a Axel Kicillof, sin estar cerca de las definiciones de La Libertad Avanza”.
El diagnóstico que tiene Manes es que el abadismo busca despegarse, aunque todavía tiene “atadas las manos” y que el escenario “lo va a obligar a tejer alianzas internas” para sostener su bloque de poder interno.
“Tenemos que despegarnos del mote de derecha que nos endilgaron por la alianza con el PRO y para eso hay que buscar nuevas alianzas en la dirección histórica que siempre tuvo el partido”, dice uno de los legisladores radicales que reporta en la canasta de Maxi Abad.
Con más de una veintena de intendentes, el radicalismo unido puede mostrarse como la segunda minoría y quedarse con el diálogo directo con el Gobernador Kicillof, lo que los posiciona mejor para el escenario político actual.