VIDEO | Comisario Mariela Fernández: cómo es ser mujer policía en un mundo de hombres









Por Pedro Domínguez, de la redacción de NOVA, desde Dolores, provincia de Buenos Aires
En Maipú nació la persona que recorrió los medios nacionales, que marcó un antes y un después en un desmoronamiento y reconstrucción de una persona ante la justicia. Mariela Fernández, titular de la Comisaría de Dolores, fue quien acompañó a Silvino y Graciela Baez Sosa, en todos los alegatos y hasta el veredicto final.
En diálogo con NOVA, comentó que todo comenzó en 1999, dónde ella provenía de Maipú y, rápidamente, con su familia introducida en las fuerzas policiales, decidió inscribirse en la escuela Juan Vucetich.
“Después, con el tiempo, me fui formando para el sueño donde uno busca cumplir su meta, ya hace 24 años, y uno buscaba ser como papá y después te das cuenta de la realidad”, relató y dijo: “Mi mamá tuvo mucho que ver y tuve un gran apoyo a lo que conllevo como soy hoy”.
Mujer en cargos policiales
En este momento de la vida, donde el feminismo y los derechos de la mujer buscan tener preponderancia en la historia del país, Fernández contó que “los primeros años fueron difíciles, muy difíciles, una institución verticalista y fue bastante difícil el inicio pero con caracter me fui formando y busqué donde quería estar”.
“Los compañeros y jefes, tuve señores que me enseñaron y guiaron en mi camino. Fueron jefes de mi papá además y siguen en mi camino guiándome y tratandome como la nena que entró pero como la mujer que soy”, recalcó.
Además, comentó que fue como cualquiera que entra a la escuela, posteriormente de recibirse, primero fue oficial ayudante y “posteriormente llegue a superior, siendo evaluada por mis superiores, siempre con buenas notas, tratando de dar lo mejor de mí”.
Casos emblemáticos
El caso de Fernando Baéz Sosa y el juicio por el homicidio de Claudio Javier Ayuso, fueron dos casos que marcaron la vida de la titular de la Comisaría de Dolores.
Claudio Javier Ayuso, un joven de 18 años que fue violado y asesinado en julio de 2017, en la ciudad bonaerense de Dolores, A Claudio Javier Ayuso lo asesinaron a golpes en la cabeza con un objeto romo. Cuando fue hallado muerto encontraron en su cuerpo signos de un ataque sexual. La víctima tenía 18 años y fue atacada en 2017. Cinco años después comenzó el juicio contra los sospechosos.
Los imputados fueron identificados como Francisco Andrés Miño (23) y Matías David López (25), ambos detenidos como coautores del delito de "abuso sexual con acceso carnal agravado por haber sido cometido por dos o más personas y homicidio agravado criminis causa en concurso real", que prevé la pena de prisión perpetua.
“Ayuso fue encontrado en una fosa en el barrio del frigorífico, en ese año no estaba en esa dependencia, posteriormente cuando se llevó a cabo el juicio me entrevisto con los familiares y me explicaron como fue el hecho, aberrante, uno trata de enfocarse y ver cómo viene trabajando con la gente que se tiene al lado”, contó Fernández.
Además, contó que ella siempre busca presentarse ante las víctimas y los sospechosos, les explicó cuál es mi labor, yo no juzgo a nadie, somos auxiliares. Solo buscamos que se lleve de la mejor manera correspondiente las condiciones para la víctima y para los imputados”.
Por otro lado, el caso Fernando Baez Sosa. Allí, “tratamos de organizar el servicio con antelación, para poder presentar todo de la mejor manera correspondiente, íbamos presentando en el día a día el caso para que no nos presentarán situaciones similares. No tuvimos alteraciones en el servicio”.
“Fue difícil pensar en el caso, que tiene que salir todo bien y más allá de lo profesional, no podía fallar a los familiares ni al pueblo dolorense, de tratar con el mayor de los respetos a todos los que concurrieran. Tratar siempre de que nada se desbande y vivir situaciones que podrían llegar a pasar o no”, destacó.
Además, contó que “era imposible separar cuestiones personales, sentimentales que lo que vivió Graciela, yo soy mamá de una nena y era difícil separar lo personal de lo laboral. Los quiebres que se vieron por las imágenes y pantallas, siempre están pero siempre hay que estar tranquilos y seguir trabajando de la mejor manera posible”.
Como dato no menor, resaltó que siempre busco que los tratos sean iguales para las familias de los rugbiers y la de los Baez Sosa pero, “con los padres de los rugbiers era frío y no dejaban ingresar a dar una mano, como de lejanía, mientras que los de Fernando eran abiertos y agradecian”.
Recordemos que actualmente, los ocho condenados por el crimen de Fernando Báez Sosa aguardan por el penal al que serán trasladados mientras permanecen en la alcaidía de Melchor Romero, de la ciudad de La Plata. Entre tanto, guardias alertan que están deprimidos y que "hay temor de que puedan suicidarse".
Según lo informado, los condenados atraviesan un cuadro de depresión después de lo que fueron las penas por el asesinato de Báez Sosa. De hecho, fuentes penitenciarias expresaron que "los ocho están con una medida de resguardo de integridad física por miedo a que se lastiman ellos mismos por la depresión que padecen", lo que generó un estado de alarma en el penal.
Además, en cuanto a posibles conflictos de los rugbiers, revelaron que después de lo que fue el asesinato "jamás se pelearon a golpes de puño", tras haber sido detenidos por el crimen debido a que se encuentran "bien custodiados" por el personal penitenciario.
En tanto, la fuente consultada también se refirió al estado de los rugbiers mientras esperaban el inicio del proceso judicial y la manera en la que empeoró el estado anímico tras conocerse las penas: "Ellos estaban mal antes del juicio, imaginate ahora ya condenados de esta manera".
También lo que significó el retiro de los celulares de dos de los condenados, Enzo Comelli y Blas Cinalli, significó un golpe emocional para los rugbiers. Las autoridades habían decidido quitarles este artefacto, ya que detectaron que utilizaban redes sociales en la cárcel, lo que está prohibido.
Aquella medida impactó contra los condenados y de hecho, si bien no trascendió quién de los dos fue, Comelli o Cinalli se comunicaron con personal del Servicio Penitenciario. "Nos sacaron los celulares que usábamos para hablar con nuestras familias. Hablar con ellos era lo único que nos mantenía vivos", manifestó uno de los dos deportistas a los que se le quitó el celular.
Quien tuvo la palabra fue la segunda jefa en la Comisaría de Dolores, Noelia Acevedo, quien estuvo en el caso Baez Sosa y acompañó junto a Fernández, a la familia de la víctima. En diálogo con NOVA, comentó que “lo tome muy personal por el tema de mamá, me hizo muy mal la situación de Fernando Baez Sosa, siempre buscamos levantarle el ánimo a Graciela y nos costó colaborar cuando se dieron los alegatos finales, donde una señora le da la bandera y allí, estalló el llanto definitivo”.
“Fue mucha emoción pero como mamá”, dijo
Violencia en la sociedad
Actualmente los jóvenes a pesar de todo lo visto en las noticias, siguen peleando, a veces en manadas y termina uno hospitalizado.
Por estos casos, desde la Comisaría de Dolores adelantaron que “como sociedad no aprendimos nada, hay que aprender de la calidad humana de esos padres, como Silvino y Graciela Baez Sosa, buscaron que la Justicia decidiera. Los adolescentes vienen violentos y no podemos bajar esa agresividad. Cómo efectivo, como mamá y principalmente como vecina, no quiero que mi hija viva en una sociedad tan violenta”.
“Hay mucho dolor y me duele que no podamos llegar a hacernos cargos que generamos”, contó.
Además, dijo: “Vivimos en una sociedad muy alterada, una sociedad donde las personas toman un nivel de alteración que no pueden bajar y quizás yo, como persona, aprendí a manejar mis emociones de otra manera. Busco bajar la adrenalina o enojo y después resuelvo”.
“Veo que las personas viven alteradas, en la ciudad capaz no se ve, pero en las grandes urbes viven a mil y no bajan jamás, eso conlleva a un nivel en donde no se puede controlar y llegan a los extremos de matar”, concluyó.
Por último, Mariela Fernández y Noelia Acevedo, dejaron un mensaje a la comunidad: "Tratemos de bajar nuestros niveles de agresividad y busquemos en nuestra vida, lo que Graciela y Silvino nos dejaron en un mes, en Dolores. Les pido paz a los jóvenes y tranquilidad a todo el mundo".